Proteger los ojos del sol es tan importante como proteger la piel, especialmente en el caso de los niños.
Cuanto más pequeños son los niños, mayor es la vulnerabilidad que presentan sus ojos a la luz y a los rayos UV.
Antes del primer año de vida, el cristalino de los bebés deja pasar hasta el 90% de la radiación UVA y el 50% del UVB.
Sin la protección adecuada, el 80% de la radiación acumulada en la vista se produce antes de los 18 años.
Para garantizar una buena protección, es necesario adquirir las gafas de sol en establecimientos sanitarios de óptica.
Las gafas de sol no son un mero complemento de moda y comprarlas en establecimientos no sanitarios, como bazares o mercadillos, puede generar graves problemas de salud visual y ocular.
Así que, sea cual sea la actividad que vayas a realizar al aire libre, antes de salir, no olvides tus gafas de sol ni las de tus hijos.