En una óptica solemos convivir con material de alto valor, equipamiento delicado y procesos que requieren precisión. Una lente mal biselada, una montura de lujo rota durante un ajuste o un error en la gestión de pedidos pueden suponer un coste económico directo para la empresa.
Ante estas situaciones, es común que surja la duda entre los titulares de nuestros centros: ¿Es posible reclamar una indemnización por daños y perjuicios a un trabajador por los errores cometidos en su puesto?
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